This is a tricky situation [Anya & Adam]

El día de hoy lo tenía muy ocupado, Adam no estaba en la comisaría, se había ido desde muy temprano al hospital a revisar los casos de unos chicos que requerían de su presencia, ya que algunos estaban poniendo órdenes de restricción hacia los doctores, o cartas notariadas en donde pedían no ser sedados sin su consentimiento y algunos otros procedimientos médicos en los que se veían obligados a dormir; no podíamos ir ninguno de los demás policías, pues Adam debía explicar los procedimientos junto con su nueva propuesta ya que no creía nada relacionado con Freddy, yo lo hacía hasta hace muy poco tiempo que mi hermana confesó tener pesadillas también con ese hombre. Yo ahora mismo me estaba encargando del papeleo de todos los casos que había tenido en las últimas dos semanas, eran demasiados para mi gusto, prefería andar ahí afuera investigando, pero si no lo hacía ahora tendría que cargar a Adam con todo el trabajo, por suerte William me estaba ayudando desde su oficina, en realidad eran puras redacciones que se suponía subiera al sistema, eso más unas cuantas firmas que debía poner en otros papeles, demandas, notificaciones, había de todo por aquí, odiaba que se nos acumulara la información, ya que a principios de mes debíamos hacer esto, pero últimamente habíamos estado demasiado ocupados con todo, más asesinatos de Jigsaw, ataques causados por Freddy, desapariciones y muchas otras cosas que eran más simples, pero no por ello menos importantes, me llevé las manos a la cara intentando desestresarme un poco, así que aproveché para levantarme a buscar algo de agua, aunque uno de los oficiales llamó a la puerta, diciendo que una chica quería hablar con Adam y que parecía un tanto insistente por hacerlo, aunque no tenía idea de quién pudiera ser, pero le dije que la dejara pasar a mi oficina.

Dejé el vaso en su lugar y regresé a sentarme para seguir leyendo y firmando los papeles en lo que dejaba descansar un poco la computadora guardando todos los archivos, alcé la vista al notar la presencia de quien había llegado, no... no podía ser, era nuevamente esta loca que siempre venía queriendo hablar con Adam cuando estaba ocupado o no estaba, era tan inoportuna... La verdad era que la detestaba, era desesperante tenerla aquí tan seguido, y a la vez sabía que tampoco yo le agradaba. Escuché lo que dijo rodando los ojos pero volviendo a bajar la vista a los papeles mientras seguía firmando documentos - En primer lugar no soy su secretaria ni mucho menos tu mensajera, en segundo... Adam no está, tiene cosas que sí son importantes, de las que ocuparse - Le respondí cortante mientras fingía leer otros papeles como si esperara que se esfumara, levanté la vista al ver que seguía, esta mujer era necia, así que le miré cruzándome de brazos - Ya te lo he dicho, no esta aquí, vuelve otro día o dime qué es lo que quieres, cualquier cosa con tal de que dejes de venir por aquí... tenemos un teléfono, ¿sabías? - Repliqué con sarcasmo devolviéndole la falsa sonrisa que se dibujaba en su rostro, varias veces le había dicho que Adam no estaba aunque fuera mentira, pero esta vez era cierto.

Se suponía que Adam era un maldito obseso del control y ahora mismo no tenía nada terminado, no había pasado los informes como solía hacer cada día, lo cual me parecía de lo más extraño para ser él claro, aunque era demasiado hasta para ser suyo, así que Will y yo nos ofrecimos a ayudarle en lo que se encargaba de las demandas que había ahora en el hospital, pensé en que tal vez debía ayudarlo con eso también, después de todo me haría bien estar enterada de lo que ocurría ahí en caso de que existiera la posibilidad de encontrar información de Krueger ahí dentro, pero de acuerdo con Lance, ni siquiera era de aquí, creo que la que iba a terminar por volverse loca, en estos momentos iba a ser yo. Pero hablando de locos, se plantó ante mi la chica esa, parecía como si fuera a morirse en cualquier momento, y bueno, si seguía viniendo posiblemente yo sería la causa de la misma; siempre me reclamaba por ser la "novia" de Adam, a veces detestaba que la gente lo pensara, ¿qué nadie podía entender que eramos solamente amigos? No me ponía de muy buen humor estar redactando informes todo el día, me gustaba pero no por tanto tiempo y ahora esta mujer estaba aquí parada frente a mi - Vaya, por lo visto estás bastante familiarizada con el trabajo de las secretarias, en verdad pareces la típica chica del café - Le regalé una sonrisa fingida, mientras dejaba la pluma  los papeles de lado para observarla apoyándome en mi escritorio, solo que me reí de lo que acababa de decirme, conocía a las chicas como ella, joder si yo también había ido a la escuela, era la típica rubia tonta del club de animadoras bulimicas - Ya te dije que no está aquí, ven en otro momento, deja un recado... dejar de molestar es también otra opción - Esta vez podía denotarse el sarcasmo en mi voz mientras me ponía de pie y la miraba de arriba a abajo - Tienes razón, tengo algo con comer donuts, pero la diferencia entre tu y yo es que a mi no se me nota lo que como - Le sonreí de forma alegra, casi más bien complacida por mis palabras al notar el efecto que causaban en ellas.

Me senté en el borde del escritorio cruzándome de brazos mientras la observaba y escuchaba decir por qué mejor no llamaba y venía aquí a molestar en lugar de eso - No tenemos identificador de llamadas en la comisaría... señorita - Mencioné la palabra señorita como si me quemara al hacerlo - Pero tienes razón, de saber que eres tú quien llama, posiblemente no respondería - Dije lo último casi entre dientes a pesar de que mi intención era que me escuchara, y lo siguiente que hizo fue lo que causó que mi paciencia del día de hoy se esfumara por completo, había durado horas ordenando y firmando todo, me levanté agilmente y la tomé con fuerza por el brazo obligándola a ocupar una se las sillas que había detrás de ella y apoyé ambas manos alrededor de la misma, para impedirle levantarse - Mira... no me interesa si estas trastornada, si se te ha zafado algún tornillo o simplemente eres una demente - Le dije totalmente fuera de mis casillas por lo que acababa de hacer, pensando en golpearla, apenas era consciente de que la sujetaba con fuerza por el hombro - La próxima vez que vengas aquí, no solo no verás a Adam, sino que me aseguraré de llevarte a un maldito psiquiátrico - La solté de mala gana al darme cuenta que algunos de mis compañeros voltearon a vernos, tomé los papeles intentando salvar algunos, pero solo sirvió para aumentar mi ira, suspiré intentando tranquilizarme, pero me salió lo Wycliffe que mi padre me había heredado, volví a jalarla por el brazo esta vez para hacer que se levantara - Largo de mi oficina, yo misma te mostraré la salida, puedes esperar a Adam en la maldita banqueta - Una voz dentro de mi cabeza me ordenaba arrastrarla de los cabellos, llevaba desde la mañana haciendo esto, pero ¿qué? ¿la arrestaba por tirar un vaso de agua en mi escritorio? Hasta yo podría haberlo hecho.

Justo el día de hoy había tenido una de las mañanas más complicadas de mi existencia, aunque no estaba seguro de poder asegurar eso, tal vez ya había perdido la memoria de todo lo que ocurría todo el tiempo, tuve que ir antes a la comisaría, pero no duré más de cinco minutos ahí en la mañana cuando me llamaron para ir al hospital, por lo visto los supuestos caso de Freddy Krueger iban en aumento, y los abogados parecían haber encontrado en eso su pan de cada día, los chicos mayores de 21 años habían establecido una orden judicial para evitar que se les sedara o hiciera cualquier cosa relacionada con dormirse, y no solo eso, sino que al parecer había una demanda algo fuerte para el hospital que procedería si no se salvaba el chico que estaba en urgencias ahora mismo, no podía hacer nada para invalidar las restricciones de los chicos por lo pronto, pero si podía obligarlos a hacerse una prueba para detectar cualquier droga en su sistema. Regresé a la comisaría luego de haber terminado con esos asuntos, ya que no habia podido terminar mis informes antes, pero Anya y Will se ofrecieron a ayudarme, no podía cargarles todo el trabajo a ellos dos, eran demasiadas cosas y a diferencia de mi tendrían que leer cada uno de ellos en vista de que no conocían algunos de los casos, así que tan pronto como terminé en el hospital, no demoré mas de 10 minutos en llegar a la estación, todos trabajaban o hacían alguna cosa diferente para cuando llegué, otras miraban en una dirección - Buenos días, ¿pasa algo? ¿cualquier cosa de la que deba estar enterado? - Pregunté a uno de los oficiales que veían en esa dirección, pero solo dijo que alguien había venido a buscarme.

No tenía idea de quién podía ser ese alguien, se suponía que se trataba de una chica, pero esa no era mi preocupación ahora, sino que escuchaba gritos en la oficina de Anya, ¿estaba peleando con alguien? Sabía que lo que escuchaba adentro era una discusión y parecía que no terminaría bien si alguien no se involucraba, y todos los que escuchaban afuera no parecían tener la menor intencion en detenerla - Sigan trabajando, por favor - Les dije antes de ir en dirección a la oficina de Anya, pero antes de que me acercara la vi jalando a una chica por el brazo, lucía condenadamente molesta, y había dicho algo de que me esperara en la banqueta, y quien quiera que fuera la otra chica, también se oía molesta, aunque se abalanzó sobre mi lloriqueando como si Anya le hubiera dado una paliza - Está bien... - Dije con voz tranquila a la chica que me abrazaba, le di una leve palmadita en la espalda y observé a Anya - ¿Alguna me puede decir qué demonios está pasando aquí? - Les pregunté a ambas esperando alguna respuesta de cualquiera de las dos, la otra chica dijo que Anya la había lastimado sin ninguna razón, aunque sabía que no solía perder los estribos fácilmente, digamos que yo era el "poli malo" y ella la "poli buena" - Señorita... ¿cuál es su nombre? - Le pregunté mientras la observaba, esta seguro de haberla visto antes, pero no recordaba su nombre, negué con la cabeza - Anya, también tú... hablemos mejor en privado - Les hice una seña para que volvieran a la oficina ya que todos seguían pendientes de lo que pasaba, por lo cual me aseguré de cerrar bien la puerta.

Por lo general solía ser una persona paciente, era difícil que alguien lograra sacarme por completo de mis casillas, pero esta mujer lograba hacerlo de un modo tan sencillo que bien podían darle un premio por ello; ni siquiera me había molestado en mirarla cuando ella seguía soltando puras estupideces, estaba demasiado ocupada como para prestarle atención, pero al final lo había hecho, comenzaba a hacerme enojar en serio, sabía que si me ponía a pelear con ella a los golpes, sería ella quien acabara muy mal parada, ya que yo tenía entrenamiento, pero si había algo que me hiciera enojar, era que alguien se metiera con mi hermana, no me importaba quién fuera, nadie que se atreviera a hablar mal de ella en mi presencia podría salir bien librado, y esta loca no sería la excepción - Por desgracia para ti, en el cuerpo policial no se buscan rubias escuálidas, pero si me dejas tu curriculum, podría revisarlo de todos modos - Le dije de mala gana mientras me ponía de pie, esperando por su propio bien que no volviera a mencionar a mi hermana - No metas a mi hermana en esto - Le advertí, lo hice muy a tiempo, pero tenía una lengua muy suelta, no me importaba por qué razón quería ver a Adam con tanta insistencia, vamos, ni siquiera tenía idea de quién era, pero luego ahí estaba, ¿acababa de llamar loca a Julz? Apuñé mi mano, pero mi corazón estaba que se me salía de la rabia que sentía, logré relajar la mano, si la golpeaba, necesitaría que alguien me detuviera o la mataría aquí mismo, mi rostro lucía posiblemente rojo por la ira que se apoderaba de mi ahora mismo - Honestamente no tengo ni idea de quién en sus cabales podría contratarte... espera, creo saber por qué estas aquí - Me acerqué a ella con los brazos cruzados, era una mala idea acercarme, porque la tenía tan cerca de mi como para sacarle los ojos o mínimo dejarle uno morado - Te gusta Adam! - Solté una carcajada lo suficientemente ruidosa - Siento desilusionarte pero no eres su tipo, no le gustan los... sacos de huesos, ¿por qué no mejor dejas de ser tan buscona y sirve que de paso dejas de dar lástima? - Repliqué sarcásticamente mientras escuchaba lo que ella quería hacer ver como un insulto.

Jamás en toda mi vida tuve problemas de autoestima, y me conocía bastante bien, sonreí de medio lado y negué con la cabeza - La cosa es que a mi me importa una mierda si se me notan o no - En ese momento me di cuenta que no podía ser más sincera, pero cuando derramó el agua sobre mi trabajo... ya era suficiente, la obligué a sentarse, sonreí por el "cumplido" cuando me llamó agresiva - Vaya, veo que por lo visto no tienes mucha experiencia con los hombres, ¿verdad? - Mi voz se tornó divertida por un momento, volví a reírme por su amenaza - ¿Ah sí? Pues no te tengo miedo, lidio con psicópatas a diario, una cabeza hueca como tú... no me provoca el menor temor - Le dije mientras la jalaba fuera de la oficina, pero en ese momento Adam se apareció frente a nosotros exigiendo saber lo que pasaba, la muy niña se fue corriendo a acusarme con él, alegando que la había lastimado sin razón aparente, bien, ahora había alguien aquí dentro que me detuviera si veía que me pasaba, no dije nada, asentí brevemente en dirección a Adam y la ira que había estado conteniendo salió a relucir, tomé a la chica por los cabellos zafándola de los brazos de Adam y le propina una bofetada tan fuerte como pude, al grado que me dolió la mano - Vuelve a llamar loca a mi hermana, y te juro por dios que te romperé la nariz - Le dije sin importarme la presencia de Adam - Ya que tampoco sabes quién es esta demente... es algo así como tu acosadora, no lo sé, ni tampoco me importa! - Le grité a pesar de que él no tenía ninguna culpa, pero estaba fuera de mi.